Conclusiones

Hemos dado por título a este repertorio: “Idea Vilariño y Mario Benedetti, entre encuentros y desencuentros. Repertorio bibliográfico”. Entre ellos existió colaboración en el ámbito cultural y también amistad. Compartieron, a nivel literario, la misma generación. No obstante, para Johansson M. la figura de Idea “podría leerse como un reverso especular de la de Mario Benedetti” (2014, p. 279). Luego de la búsqueda, selección y lectura de diversos tipos de materiales, hemos tenido la oportunidad de ahondar en el vínculo entre los dos escritores. A modo de conclusiones, nos referiremos a algunos de estos “encuentros” y “desencuentros”.

En primer lugar, en cuanto a los encuentros o puntos en contacto, tanto Idea como Mario pertenecieron a la Generación del 45. Esto los ha situado de determinada forma en la historia y con los autores que les precedieron. Tuvieron en común su espíritu crítico; su interés por la capital del país, Montevideo; sus preocupaciones por los acontecimientos políticos, sociales y económicos que estaban dándose a nivel nacional e internacional. Ambos consideraron que su actividad intelectual y cultural en diversos medios, ya fueran diarios, revistas o libros, los ponía en contacto con su realidad y les permitía ser protagonistas en ella. Así, escribieron para Marcha y dirigieron la revista Número.

Asimismo, los dos sintieron -ya desde pequeños-, que la escritura era una necesidad imperiosa y vital en sus vidas. No podían dejarla de lado, porque al escribir sentían que podían encontrarse a sí mismos, expresarse y “hacer” el mundo. Se abocaron a ello con dedicación, esmero y rigurosidad.

Tanto para Idea como para Mario la poesía fue el género con el que se sentían más cómodos. En la entrevista realizada por Elena Poniatowska a Idea Vilariño, la misma ha expresado que:

“No sé cómo decirte qué es la poesía para mí. Es una forma de ser, de mi ser. Todo lo demás de mi vida son accidentes. Pude ser profesora o no. Sola o no. Música o no. Traductora de Shakespeare o no. Estudiosa de la prosodia o no. Todas las cosas que amé y que realicé en la medida que pude. La poesía no fue accidental. Mi poesía soy yo” (abril 2007, p. 246).

A su vez, aunque Mario Benedetti también escribió gran cantidad de cuentos, ensayos y novelas, en la entrevista realizada por Castro Urioste el escritor ha dicho que: “Siempre la poesía ha sido uno de mis géneros predilectos” (2007).

Los dos escritores realizaron, además, trabajos de traducción de diversa índole, si bien Vilariño desarrolló más esta actividad. Ambos llevaron a cabo una importante actividad de crítica literaria.

Por otra parte, nuestros escritores coinciden en el hecho de que en su obra se “lee” su vida. En la de Mario Benedetti están presentes diversos elementos autobiográficos, por ejemplo, en las novelas Primavera con una esquina rota (1982), La borra del café (1992) y Andamios (1996). También en el libro de poemas Biografía para encontrarme (2009). En su Diario de juventud, publicado en 2013, Idea Vilariño revela su yo interior más profundo. En ninguno de los casos se trata de autobiografías.

Otro aspecto común es que ambos fueron intelectuales de izquierda, que dieron gran importancia a la militancia política y sindical. Benedetti apoyó la Revolución Cubana y de Nicaragua, estuvo entre los fundadores del “Movimiento 26 de marzo”, en 1971, enUruguay; se manifestó en contra de la dictadura cívico-militar que atravesó el país y vivió el exilio por sus convicciones políticas. Muchos de sus escritos periodísticos, ensayos y de crítica literaria muestran sus concepciones a nivel ideológico. Uno de sus poemas políticos es “Buenas noticias” (1969), que menciona a Marx y al “Che” Guevara. En lo relativo a Vilariño, Larre Borges (12 marzo 2021) señala que cuando se dio el golpe de estado de Terra, en 1933, con su tía Inés Idea tiraba panfletos contra la dictadura por debajo de las puertas, durante la noche. Además, en su casa eran votantes de Emilio Frugoni, fundador del Partido socialista uruguayo. La poeta se alineó en los años 60 con el Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros (MLN-T). Su primer poema político fue “A Guatemala”, como respuesta al derrocamiento de Jacobo Árbenz en junio de 1954, con el fin de denunciar la injerencia norteamericana en América Latina. Fue publicado en Marcha, con ciertas reticencias, recién en octubre de ese año. En él comparaba a la república enfrentada al imperio con una joven golpeada, humillada y obligada al servicio. Este acontecimiento llevó a que Idea renunciara a la revista Número, fundada junto a Rodríguez Monegal y Claps, por diferencias con el primero de ellos a raíz del poema recién mencionado, y considerar que la revista se negaba a politizarse.

Asimismo, tanto Idea como Mario crearon la letra de canciones que se volvieron muy populares, al punto que prácticamente se desconoce que ellos fueron sus autores. Es el caso de “Los Orientales” de Idea, a la que “Pepe” Guerra puso música y voz (Cielo del 69, 1970), y luego Los Olimareños. Aharonián dice “debió haber sido el himno secreto del MLN”, en el que se preveía la sustitución de “los orientales” por “los tupamaros”. Según Johansson M. (2014), Vilariño se volvió en una “presencia ausente” al desplazar su autoría hacia la multitud, manteniéndose en el anonimato, fuera de todo protagonismo. A continuación, la primera estrofa de “Los Orientales”:

“De todas partes vienen,
sangre y coraje,
para salvar su suelo
los orientales;
vienen de las cuchillas,
con lanza y sable,
entre las hierbas brotan
los orientales” […].

Otro ejemplo es el de “Por qué cantamos” (poema de Cotidianas, 1979), de Benedetti, que fue musicalizado y cantado por Favero, Nacha Guevara, y luego por Viglietti. Las dos últimas estrofas de esta canción dicen:

“[…] cantamos porque el sol nos reconoce
y porque el campo huele a primavera
y porque en este tallo en aquel fruto
cada pregunta tiene su respuesta
cantamos porque llueve sobre el surco
somos militantes de la vida
y porque no podemos ni queremos
dejar que la canción se haga ceniza”

Los dos autores coinciden también en su espíritu autodidacta, en ese afán por formarse a sí mismos. Lo vimos con Idea, que se dedicó a la traducción de grandes autores ingleses y franceses partiendo de los conocimientos alcanzados en enseñanza secundaria, sin haberse formado específicamente en idiomas. También en Benedetti que, sin haber llegado a terminar bachillerato, hizo maravillas con las letras, convirtiéndose en uno de los escritores más importantes de los últimos tiempos.

Finalmente, a nivel metafísico, ninguno de los dos autores ha manifestado creer en Dios, y menos aún en las religiones. Idea Vilariño ha tenido una postura atea: “Ahora, de Dios ni hablar, ni hablar. Es decir, no es un problema, no es una preocupación…”, “esa es la cosa: nada de Dios” (Productora Imágenes, 1997, 00:32:41). En el siguiente poema escribe:

“Qué horror
si hubiera dios
y si esas dos estrellas
pequeñas parpadeantes y gemelas
fueran los dos ojitos
mezquinos
acechantes
malévolos
de dios”.
(Las Toscas, 8 de abril de 1964)

Antes de morir, la poeta dejó una nota que decía: “Nada de cruces. No morí en la paz de ningún señor. Cremar” (Guerriero, 28 marzo 2013). Por su parte, Mario Benedetti era agnóstico: “No me definiría como ateo, sino como agnóstico” (Alfaro, 1986, p. 202). En su poema “Quién sabe” (El olvido está lleno de memoria, 1995), expresa:

“¿Te importa mucho que Dios exista?
¿te importa que una nebulosa te dibuje el destino?[…]
¿te importaría la presunción
de que si bien tú existes
Dios quién sabe?

En segundo lugar, con respecto a los desencuentros, entendiendo por tales diferentes perspectivas o puntos de vista, hay varios aspectos interesantes de ser mencionados.

En lo referente a las influencias literarias, Mario ha expresado haberse sentido inspirado por diversos autores. En poesía, por el argentino-español Baldomero Fernández Moreno, quien “tuvo la enorme importancia de hacerme ver que yo podía escribir poesía, poesía en serio” (Fiol y Puertas, s.f.). También por el poeta y político cubano José Martí, y por el poeta español Antonio Machado, por ser “maestros en comunicarse con el lector”, que saben emplear “la palabra necesaria” (ibíd., p. 85), con espontaneidad, sin que la rima se vea forzada. Por último, por el escritor peruano César Vallejo, que considera “una influencia total”, “en Vallejo me importa no solo su poesía sino su forma de hacerla y también su vida, su actitud ante la vida” (ibíd., p. 86). En prosa, reconoce a los autores uruguayos Horacio Quiroga, por “lo redondo que tiene que ser un cuento” y Juan Carlos Onetti, por “no ceder a la tentación de facilismos en la escritura” (ibíd.). En la misma entrevista realizada por Fiol y Puentes (s.f.), Benedetti menciona también la influencia del francés René Albert Guy de Maupassant, quien deja los cuentos cerrados; el ruso Antón Chéjov, por la atmósfera de sus cuentos; y el estadounidense Ernest Hemingway, del que considera el cuento “Colinas como elefantes blancos” una obra maestra. En su poema “Mis autores”, expresa Benedetti (febrero 2007):

“son los autores que metí en mi vida
éstos y muchos más
uvas de otro viñedo / son mi vino
y cuando me desarmo y los encuentro
brindo con ellos en copa de letras”.

En cambio, Idea no se reconoce a sí misma como influenciada por algún autor en particular. En el documental Idea, cuando se le preguntó concretamente por Delmira Agustini, a quien la han vinculado por el erotismo de su poesía, señaló: “En realidad, en ningún momento sentí influencia de Delmira. Ahora, para decir verdad, nunca sentí influencia de nadie. A lo mejor estoy llena de influencias, pero yo no las percibo” (Productora Imágenes, 1997, 00:05:00).

Otra cuestión a mencionar es que Idea Vilariño ha manifestado no escribir con la finalidad de publicar: “no me interesaba publicar; es más, deseé no haber publicado nunca (hay poemas que jamás mostré). Escribir era otro asunto. Era, como te decía, compulsivo. Salvo las cosas políticas y alguna carta, nunca escribí pensando que alguien lo leyera” (Poniatowska, abril 2007, p. 246).  Agrega que: “Publicar fue tan contradictorio, tan poco coherente como seguir viviendo cuando sabía, y cómo, cuando pensaba lo que pensaba del hecho de vivir. Esas incoherencias fueron difíciles de sobrellevar. A esta altura ya nada importa” (ibíd.). Esa tensión entre escribir como necesidad de expresar las propias emociones y sentimientos en un ámbito privado (por ejemplo, en el diario íntimo que llevó durante la mayor parte de su vida), y escribir para comunicar y publicar (textos de crítica literaria y política, por ejemplo), ha estado presente como una constante en la vida de la poeta. Lo veíamos en su biografía con respecto a los intentos de destruir el diario, y luego de conservarlo, con las indicaciones de publicarlo. En varias ocasiones le sucedía que, luego de publicar una serie de poemas en un libro, se arrepentía por exhibir su intimidad y dolor.

Por el contrario, Mario Benedetti ha relatado que, bajo los árboles de la Plaza San Martín, en Buenos Aires, leyendo a Baldomero Fernández Moreno, decidió ser “poeta para publicar” (Alfaro, 1986, p. 18), movido por la necesidad y finalidad de comunicar. Ante las dificultades para que los nuevos escritores publicaran en Uruguay, debió auto financiarse las primeras ediciones de sus libros. Además, ha dicho: “No escribo para el lector que vendrá, sino para el que está aquí, poco menos que leyendo el texto sobre mi hombro” (Mataix, s.f.).

Asimismo, aunque ambos escritores se opusieron a la dictadura, la vivieron de forma diferente. Mientras que Idea permaneció en Uruguay, Mario atravesó el exilio en diversos países (Argentina, Perú, Cuba, España). En este sentido, Johansson M. sostiene que Benedetti:

[…] fue el gran poeta del exterior, del amplio público lector y la sociabilidad afectiva, quien transitó por las geografías europeas del exilio latinoamericano desplegando la lengua rioplatense en sus registros coloquiales, en ocasiones pletórica de optimismo emocional y, en otras, urgida por la denuncia política (2014, p. 280).

Una cuestión que observamos fue que Idea Vilariño experimentó, en cierta forma, la censura por el hecho de ser mujer, en un ambiente en el que predominaba la presencia masculina. Como ejemplo, el editor de Marcha, Carlos Quijano, censuró su poema “El amor”, en 1955, por contener el verso: “un pañuelo con sangre semen lágrimas”. En los círculos de izquierda esto fue visto como “un gesto autoritario masculino”. La poeta refiere a esta cuestión en el documental Idea (Productora Imágenes, 1997). A partir de este hecho, al que se sumaba el acontecido el año anterior con su poema “A Guatemala”, Idea se negó a continuar colaborando para Marcha. Desde una perspectiva de género, el acto de Idea constituyó una reivindicación emancipatoria que amplió la conciencia de la libertad en la década de los sesenta (Johansson M., 2014, p. 282). La escritora carecía de interés por “encajar” en el modelo de mujer de la época, lo que le valió no pocas críticas por entregarse al amor de forma apasionada, e incluso expresarlo con libertad en sus poemas. Mario Benedetti no fue censurado por una cuestión de género, lógicamente, aunque debe mencionarse que durante la dictadura alguna de sus obras fueron censuradas por cuestiones políticas.

A lo largo de la vida de Idea Vilariño ha estado presente de forma constante un deseo de morir. En su poema “Quiero morir” (1944) ha expresado:

“Quiero morir. No quiero oír ya más campanas”.

En Mario Benedetti encontramos un sentimiento de nostalgia, pero no deseos de muerte. Si bien manifiesta un espíritu crítico con muchas cuestiones sociales, políticas y económicas, el autor en algunas ocasiones realiza sus planteos desde el humor, y en otras invita a la esperanza y canta a la vida. En “Vivir adrede”, Benedetti escribe:

“A pesar de todo, van quedando las virutas de la vida. A ellas nos abrazamos y encomendamos, con ellas nutrimos nuestra endeble conciencia y alimentamos sueños y ensoñaciones” (2009, p. 9).

El vínculo entre Idea y Mario, en sus encuentros y desencuentros, fue fructífero, sincero y constructivo. Editaron juntos la revista Número, fueron amigos, compartieron concepciones políticas, tenían mutua confianza, y se expresaron sus gustos y prácticas literarias. En una carta enviada por Idea a Mario (25 octubre 1998), le escribe: “Te debo carta desde que te fuiste. Pero la cosa era que se trataba de una carta difícil. Porque te dije entonces que te escribiría sobre tu libro, y no sé cómo decirte que no me gustó”. La poeta se refiere al libro La vida, ese paréntesis. Luego agrega: “No quería dejar de escribirte y a la vez no podía dejar de decirte lo que pensaba. Siempre lo hicimos así, aunque tú has sido tanto más generoso y delicado con mis cosas. Sabés, supongo, que sos un gran tipo”. Al decirle que están por salir unos ensayos suyos, le comenta: “podrás vengarte con toda razón de mis impertinencias”. No se conocen críticas de Benedetti sobre estos ensayos de Vilariño.

Para concluir, este repertorio revela la vida, obra y legado de Idea Vilariño y de Mario Benedetti, a los cien años de su nacimiento; así como recursos que se han creado en torno a ellos, poniéndolos a la luz de quienes están interesados. Es decir que ha procurado recuperar la obra literaria de estos grandes escritores a través de su “voz”; también obras críticas, que evocan a los escritores, desde otras miradas; y diversas expresiones artísticas en su homenaje que se han ido materializando, las cuales se intensificaron en el año de su centenario. Los recursos se encuentran en diversos formatos, desde libros, artículos de revistas y diarios, videos, archivos de audio, homenajes en sitios web y redes sociales, entre otros.

Los estudiantes nos han manifestado que participar de una actividad académica de investigación de este tipo ha sido para ellos una experiencia nueva y desafiante, que implicó la aplicación y la adquisición de nuevos conocimientos en un contexto colaborativo y de generación de información sobre la vida y la obra de grandes personalidades del Uruguay, que marcaron un tiempo. Resaltan la importancia de generar un repertorio sobre estos dos escritores, emblemas de la cultura nacional y creadores de arte que trasciende al país. Escritores con estilos marcadamente diferentes, que coinciden en su literatura franca, y son exponentes imprescindibles del acervo cultural del Uruguay.

En realidad, la elaboración de este repertorio que hoy culminamos ha sido un desafío para todos los que participamos en esta aventura. Especialmente por el contexto de emergencia sanitaria con motivo de la pandemia por COVID-19, que ha afectado en mayor o menor medida nuestras vidas. Nos animamos a emprender este camino de manera totalmente virtual, tratando de organizar y articular los tiempos y responsabilidades de cada uno, clarificando determinadas pautas de trabajo y división de tareas, y dando cabida a un intercambio constante, tomando como guía los objetivos planteados. Durante estos meses, mientras buscábamos, leíamos y seleccionábamos información de diversa índole, pudimos ir recorriendo la vida y obra de quienes para nosotros ya son Idea y Mario, a secas, lo que nos ha enriquecido a nivel personal y académico. En cierto sentido, la confección del repertorio manifiesta dos caras de una misma moneda, por un lado, nosotros -los indagadores- nos nutrimos de la obra y accedemos a un mundo desconocido, y el repertorio a su vez permite el reconocimiento de la obra de estos dos autores y los recursos sobre ellos en mayor completitud. Quisimos hacerlo con seriedad, creatividad y rigurosidad. En algunos momentos la tarea parecía realmente inabordable por la inmensa cantidad de información existente: autores con una obra muy prolífica, que han generado miles y miles de recursos a su alrededor, al modo de los círculos concéntricos que se forman cuando arrojamos una piedra al río. Entre la información disponible hallamos incluso “fake news”, como algunas que atribuían a Benedetti el poema “No te rindas”, que no es de su autoría, pero que tiene un estilo de escritura similar al de su poema “No te salves”.  Esto nos llevó a intensificar las pautas para seleccionar recursos de calidad y confiables.

Finalmente, hemos podido concluir este repertorio, lo que nos ha causado una gran alegría. Esperamos, que pueda ser de ayuda para todo aquel interesado en tomar contacto con estos dos autores, así como para quien desee profundizar en el conocimiento de estos dos grandes escritores uruguayos. ¡Esperamos que lo disfruten!

Referencias bibliográficas